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Toca el turno al Senado para avalar la extinción de algunos fideicomisos como el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) y el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine).
El objetivo del gobierno federal: eliminar los fondos que se manejan de manera discrecional y sin transparencia; actos de corrupción, nepotismo, influyentismo, aviadores y todos esos cánceres que flagelan a la nación.
Sin embargo, raudos salieron los diputados del PRIAN, incluso los del PT para señalar que con la eliminación de estos fondos se violan los derechos humanos y se deja en total vulnerabilidad a los más desprotegidos.
¿Y por qué tan defensores ahora sí?, ¿dónde estaban cuando Peña Nieto privatizó la electricidad y a PEMEX?, ¿por qué no se opusieron a la privatización de FERROMEX que hizo Ernesto Zedillo?, ¿afecta sus intereses la eliminación de estos fondos?
Ya lo dijo el presidente en la mañanera, los beneficiarios de estos apoyos continuarán recibiendo los fondos.
Que se eliminen los fideicomisos no significa que se deje de apoyar a la cultura, las artes, la ciencia o el deporte, sino que se entregarán los apoyos de manera directa. O sea, se elimina el aparato burocrático que administra los recursos.
Lo curioso es que, por ejemplo, Sergio Mayer, uno de los diputados que con tanto ahínco se posiciona en contra de la extensión de los fideicomisos y defiende el Fidecine, esta semana regresó a la televisión como conductor del programa «Sergio Mayer, sin restricciones». ¿Coincidencia?, pareciera que al ver que la fuente está por secarse, comienzan a trabajar.
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