Monedas conmemorativas de 20 pesos. Imagen: Banxico
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Las monedas conmemorativas de Banxico

Las monedas emitidas esta semana por el Banco de México (Banxico) para conmemorar los siete siglos de la fundación lunar de la Ciudad de México-Tenochtitlan, los 500 años de la memoria histórica de México-Tenochtitlan y el Bicentenario de la consumación de la Independencia Nacional, además de su valor nominal, son valiosas por ser un aporte para nuestra historicidad pues, en los relieves en cada pieza, se alude a momentos significativos en la línea del tiempo de México.

De las seis monedas, tres son bimetálicas, de uso común, con valor de 20 pesos; las otras tres están hechas de plata, son edición limitada y su valor es de 10 pesos.

En las monedas sobre los 700 años de la fundación de la Ciudad de México-Tenochtitlan, en ambas ediciones, se dibujan partes de láminas y de códices como el “Códice Mendoza”, referentes a la mítica leyenda del águila sobre el nopal.

Si bien se busca visibilizar y recordar este hito, cabe destacar que no hay temporalidad precisa sobre el acontecimiento, pues la mayoría de arqueólogos y fuentes coindicen en que la fecha fundacional fue en el año 1325. Valdría la pena que los arqueólogos expertos dilucidarán al respecto y, si es menester, cuestionarán la verdad histórica y la versión oficial del estado. La arqueología, en cada nueva investigación, regala la posibilidad de cambiar la historia.

Las monedas que refieren los cinco siglos de la memoria histórica de México-Tenochtitlan, fusionan en su troquel las imágenes del Templo Mayor y la Catedral Metropolitana. En la edición de colección se agregó la Plaza de la Constitución con la Bandera Nacional.

Quinientos años de la caída de Tenochtitlan, de la mezcla y la interacción entre las culturas precolombinas, de que los españoles trajeron consigo exterminio, nuevas enfermedades, sincretismo. Sin embargo, en lo que respecta a este último, forma parte de nuestra identidad y conlleva, de manera indirecta, la exclusión de los pueblos indígenas. Mediante esta moneda se visibiliza la fusión que forjó nuestro presente y se honra a los mexicas que perdieron la batalla, pero, podría ser más significativo el aporte si se salvaguardara a los miembros de pueblos originarios, de lo contrario pasarán a ser parte de esta memoria histórica al desaparecer por completo. Ejemplo de ello: el lingüicidio.

Respecto a la moneda para conmemorar el Bicentenario de la Independencia, en ella se plasmaron las efigies de Miguel Hidalgo, José María Morelos y Vicente Guerrero, de perfil.

Por entero, fue un hito que aportó para vivir sin el yugo español y pasar a la época contemporánea; memorables los héroes de la patria presentados. No obstante, en 2021, donde el papel de la mujer es imperante, la Secretaría de Economía y Banxico habrían podido optar por que en esta moneda estuvieran, por ejemplo, las efigies de Leona Vicario, Josefa Ortiz de Domínguez o Mariana Rodríguez del Toro, para no olvidar que ellas fueron imprescindibles. Esto, si es que se el gobierno en turno pregona la paridad de género.

La circulación de estas seis monedas para rememorar momentos significativos de México es positiva ante una sociedad líquida, donde la historia se escurre de nuestros dedos. No por ello están exentas de críticas y propuestas desde un enfoque constructivo.


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