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Desde muy temprano los laboratorios están con presura, y en ellos mujeres y hombres con batas en cuatro paredes casi refrigeradas ante los ciento de muestras que reciben diario por la pandemia de Covid-19, los químicos farmacobiólogos (QFB) silenciosos ante los oídos públicos, estos profesionales de la salud realizan un trabajo pilar en la batalla contra el virus, las afamadas PCR (siglas en inglés de “Reacción en Cadena de la Polimersa”) son un tipo de pruebas de diagnóstico para enfermedades infecciosas y un procedimiento común en los laboratorios de micro biología.
 

Una PCR es una prueba de diagnóstico que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno o microorganismo, tras el análisis en un laboratorio de una muestra respiratoria de una persona sospechosa de contagio, si la prueba detecta ARN del virus, el resultado es positivo.

 

Estas tienen tres características básicas, puede diferenciar entre dos microorganismos muy cercanos evolutivamente, también puede detectar cantidades de 20 copias/ml -o incluso menos- de material genético viral, así como de detectar el virus en las primeras fases respiratorias.

 

Recordemos que los virus son microorganismo compuesto de material genético protegido por una envoltura proteica que se introduce “como parásito” en una célula para reproducirse en ella causando diversas enfermedades.

 

Ante la necesidad de un diagnóstico más veloz, fueron mediáticos los test rápidos que a diferencia de la PCR, estos no identifican el ARN del virus, sino que usan métodos distintos que pueden ser a través de sangre o exudado nasofaríngeo, con los cuales se detectan anticuerpos producidos frente al virus o proteínas del virus.

 

Estos test se basan en una inmunocromatografía en papel, es decir, una plataforma que tiene “pegadas” las proteínas del virus para detectar anticuerpos específicos para descubrir las proteínas del virus. Su funcionamiento es similar al de los test de embarazo, sin embargo las PCR son el diagnóstico más certero para el tratamiento por Covid-19.

 

Los QFB y laboratoristas constituyen el puente entre las ciencias de la salud y la química, dirigido a resolver problemas relacionados con la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades.

 

En épocas tan difíciles, los químicos están jugando un papel muy importante, gracias a su trabajo y desempeño profesional se están salvando vidas.


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