El filme es dirigido por Justin Lerner
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Cadejo Blanco

Cadejo blanco es una película de origen guatemalteco que nos introduce a la vida de Sarita y su familia. Ella, junto a su hermana Bea, vivió el maltrato de su padre, el abandono de su madre y, ahora que viven en casa de su abuela, las tres pasan por circunstancias complicadas, lo que las obliga a tomar decisiones para salir adelante y otras que las meten en problemas.

Durante el transcurso de la película nos podremos dar cuenta de qué tan dura es la vida en Guatemala. Las drogas, la delincuencia y la prostitución reflejan el día a día que viven las personas en un país donde la ley es ineficiente y cómo el crimen organizado tiene un efectivo control y distribución para poder operar en una sociedad donde la niñez es participe de la ejecución de tareas que ayudan a la delincuencia estar presente en cada calle. Una realidad cruda, sin salidas para prosperar y donde pocos pueden vivir en una burbuja de privilegios, lujos y comodidades, lo que obliga a las personas a formar parte del bajo mundo.

Los escenarios que llevan a Sarita aventurarse a un mundo desalmado y devastado, son causa de la desaparición de su hermana Bea. Después de que Bea tuviera una discusión con su novio, quien es cantinero de un antro, Sarita se pone en busca del joven proveniente de Puerto Barrios. Es otra víctima que, en el transcurso de la película, nos recuerda los extremos a los que tienen que llegar las personas para sobrevivir. La venta de drogas, trata de blancas y secuestros, son las pocas acciones que describen la actividad económica de Puerto Barrios.

Sin duda, la fotografía nutre bastante al desarrollo del guion, ya que nos narra de manera hipertextual la situación de todos de los escenarios, personajes y las condiciones de vida que hay en Guatemala. Los planos enteros, paneos, planos secuencia y contraluces explican, sin necesidad de tener un diálogo, el sufrimiento, la impotencia y la marginación que viven los protagonistas.

El desarrollo de los personajes nos muestra la dedicación y el trato que le dieron al guion. Podemos sentir la frustración que viven los personajes secundarios, el cómo, a pesar de ser unos sicarios, son sujetos con emociones, dudas y, tal vez, decepciones de lo que les tocó ser en una humanidad nefasta. Todo lo contrario podemos ver de Sarita que, de ser la hermana tierna, correcta y trabajadora, termina convirtiéndose en una victimaria más para poder encajar en un ambiente inhóspito con el fin de saber el paradero de su hermana.

A quien no conozca la leyenda de “cadejo blanco y cadejo negro”, le costará trabajo distinguir algunas referencias que hay en el filme. Al principio de la película aparece un perro negro que simboliza el mal, una alerta para Sarita sobre los problemas en que se verá involucrada. Posteriormente se encontrará con un perro blanco, que simboliza la misericordia y la piedad, para seguir con su travesía y poder terminar con el terror y la desesperación que vive.

Sin duda, Cadejo Blanco es una película que cumple con su misión cinematográfica: el plasmar un enfoque social, cultural y critico de Guatemala que te mantiene atento a todas las adversidades. El director Justin Lerner, encargado de la realización de este filme, combina el folclore de una historia guatemalteca según la cual un animal cuadrúpedo mantiene a salvo a las personas del peligro, como una connotación de las veces que Sarita pudo salir viva de una guerra de pandillas.


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