Fotografía: Internet
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Cibercultura colapsada

Que si fue Anonymous o que si se debió a cuestiones técnicas sólo conocidas por los informáticos, lo cierto es que la caída de Facebook, Instagram y WhatsApp reafirma la vulnerabilidad y dependencia de los humanos a las redes sociales.

En un caso hipotético de que también hubieran fallado las demás redes, como Twitter, TikTok, Youtube, Zoom, Gmail, Telegram, Snapchat, etc., la interacción humana hubiera colapsado por completo.

Vulnerabilidad. Bien sabemos los escándalos que relucen en torno a Mark Zuckerberg, dueño de las redes que fallaron, respecto a la seguridad en los datos personales de los usuarios.

Dependencia. En esta cibercultura, nos dimos cuenta que sin estas redes se imposibilita la comunicación. Quizá los más veteranos hicieron uso, como hace una década, de las llamadas a celular o los teléfonos de casa, sin embargo, las nuevas generaciones se inmutaron. Incluso hay quienes no saben qué hacer, cómo vivir o interactuar más que en la virtualidad, a ese grado llegamos.

Cabe cuestionarse cuál fue la causa o la razón de esta caída, ¿usted qué piensa?, ¿fue Anonymous desviando millones de dólares para gente de escasos recursos?, ¿se realizó como una protesta para detener la pornografía infantil en la red?, ¿fue una falla técnica de los ruteadores?, ¿la finalidad fue visibilizar nuestra incapacidad de actuar ante el uso cotidiano de las redes?

Lunes 4 de octubre del 2021: un día para la reflexión del cual los académicos e intelectuales de la comunicación y las relaciones sociales tendrán mucha tela de donde cortar, pues el paradigma de la hipervirtualidad, aunado a la pandemia actual que merma la interacción física, generará nuevas teorías e hipótesis.


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