(Alerta feminista, autora: Natalia vera/ CC BY-SA 2.0)

El actual estado de alerta que vivimos en nuestro país nos ha sumido en tan grave circunstancia de riesgo que ha demostrado que el simple hecho de ser mujer es condena de muerte. tanto la sociedad misma como las instituciones se colocan como incapaces e insuficientes para proteger nuestros derechos humanos básicos.

Si como mujeres deseamos construir un mejor futuro para todas aquellas estudiantes, trabajadoras, madres, hijas, etcétera. Debemos adoptar formas autogestivas, que lejos de las formas impuestas de protección por el Estado, logren una verdadera cooperativa y solidaridad.

La mejor herramienta contra la violencia y la minimización, es la organización, pero no cualquier tipo de organización, sino una entre hermanas. La sororidad. De la raíz soror (hermana), aunque apunta a en la misma dirección que la palabra fraternidad, la sororidad es un pacto entre mujeres para reconocernos, cuidarnos y respetarnos. Marcela Lagarde fue quien ayudó a visualizar el término, describiendo la situación de las mujeres en Ciudad Juárez:

“Es una experiencia de las mujeres que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y la alianza existencia y política (…) con otras mujeres para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer”.

La sororidad es una correlación solidaria y hermanable que se manifiesta como un código ético y político para buscar apoyo en pro de la igualdad y del cambio social. Más que una complicidad femenina, es una organización movida por el cuidado mutuo y el cambio de las prácticas sociales. Su fin es reivindicar las prácticas sociales que discriminan y revictimizan a las mujeres.

El futuro se pinta de muchos matices, pero en nuestras manos esta crear el mejor posible, para eso la sororidad se muestra como una forma que rompe con los estereotipos que obligan a las mujeres a competir entre nosotras, a priorizar a otros antes que, a nosotras mismas, que nos objetivizan. La autogestión y el cuidado mutuo es el mejor camino a un futuro de libertad y de cambios sociales.

Por: Tania Guadalupe

@Taniagpe71